Organizar sus propias reuniones: con la periodicidad necesaria para revisar los avances individuales y realizar las integraciones correspondientes.
Planificar su propio trabajo: a partir del objetivo particular asignado a cada integrante y del objetivo específico del grupo.
Establecer objetivos: claros, cuantificables y alcanzables. De igual manera, deberán establecerse tanto en el aspecto individual como grupal.
Supervisar sus propios resultados y sus niveles de productividad: establecer sus propias metodologías de evaluación del desempeño para medir el grado de avance (individual y colectivo) en relación a las metas asignadas.
Introducir medidas correctoras en su propio trabajo: cuando sean necesarias, a partir del control de sus niveles de productividad, desempeño y alcance de los objetivos asignados, de manera que se pueda evitar cualquier desviación en el momento oportuno.
Felicitar y premiar: Generar el reconocimiento de las personas brinda la posibilidad de encontrar un lugar de pertenencia potenciando este sentido en cada integrantes.
Por @adrischiavello
No hay comentarios:
Publicar un comentario